Como vimos la semana pasada en la lectura:
Algo que me llamó mucho la atención de esta lectura es que exponía el caso de The Body Shop, una empresa que vende productos para “limpiar y embellecer la piel”, pero resalta que ésta va más allá de ofrecer sus productos. Pues la forma en la que Anita Roddick, su dueña y fundadora, usa la mercadotecnia promoviendo el activismo social en lugar de publicidad hacia el consumidor, es lo que ha hecho que esta empresa marque la diferencia dentro de su mercado.
En la actualidad hay una multiplicidad de medios e influencias sociales que han creado un “IDEAL DE MUJER”, la cual debe tener ciertas medidas, lograr ciertas cosas y consumir ciertos productos para estar siempre bella.
La mayoría de empresas entran al mercado con ese punto de vista y crean sus productos y publicidad pensando en ese ideal. Y por eso, todas pertenecen a un mismo rango que estereotipa la belleza.
Lo importante acá es que los gerentes influyen en la visión de la empresa y cómo ésta se proyecta. Y en este caso específico la actitud de Roddick ha sido diferente a la de los demás.
La idea no es que la mujer promedio es de talla grande, sino que la belleza no sólo está en una mujer delgada, sino que se encuentra en el sentirse bien consigo mismo y es un intento de cambiar el criterio de belleza dominante en la cultura occidental, para animar a las mujeres a desarrollar un fuerte sentido de autoestima perdida, sacando a la luz su derecho a ser respetadas por quienes son y no por como son.
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